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sábado, 24 de septiembre de 2016

Un poquito de autobombo

Volvemos a Dinosaur Renaissance, ese blog que tanto queremos pero que tenemos taaaaaaaan abandonado, para hacernos un poquito de publicidad a nosotros mismos. Es la excusa de siempre, lo sé, pero es que entre el doctorado, congresos y la vida en general... ¡No nos da! Y a eso súmale un par de proyectos en los que andamos metidos, que parece que no pero también nos quitan tiempo. 

El primero de ellos, en el cual participamos junto con Francesc Gascó y que ya conocéis, es el podcast DinoBusters. Esta semana hemos sacado el segundo episodio, "Por un puñado de fósiles", que se centra en la famosa Guerra de los Huesos que libraron en el siglo XIX los paleontólogos americanos Marsh y Cope (y de nuevo, con guiño en el título a una película). La recepción en este caso no está siendo tan entusiasta como en el primer episodio (menos visitas y comentarios en general). ¿Nos echáis una mano? :P También agradeceremos los comentarios de cualquier tipo que puedan ayudarnos a mejorar. ¡Aquí lo tenéis!





El segundo proyecto, del cual a lo mejor ya habéis oído hablar (o quizás no, quién sabe), es el XV EJIP. Este año, tanto Dani como yo (y también el propio Gascó, entre otros) estamos involucrados en la organización de la decimoquinta edición del Encuentro de Jóvenes Investigadores en Paleontología, que tendrá lugar del 19 al 22 de abril de 2017 en la localidad portuguesa de Pombal. Ya sabéis que el EJIP es el lugar ideal para dar los primeros pasos en el mundo de la paleontología, sobre todo si estás en la carrera, máster o tus primeros años de tesis, así que contamos con vosotros. Somos mucha gente organizando (gente de la Unidad de Paleontología de la Universidad Autónoma de Madrid, del Grupo de Biología Evolutiva de la UNED, de la Universidade de Lisboa... y sigue y sigue), y estamos con mucha ilusión, pues queremos conseguir una edición del EJIP memorable. ¡15 años no se cumplen todos los días! Aquí os dejamos con la cuenta de Twitter, de Facebook y con el blog, en el cual encontraréis ya algo de información, así como una primera circular. 

¡Os esperamos!



miércoles, 27 de agosto de 2014

Aprende con Primeval: Pachycephalosaurus

Si no contamos a las aves (en un episodio de la primera temporada pulularon unos dodos por ahí), en Primeval no aparecieron dinosaurios hasta la segunda temporada (lo cual, en mi opinión, es un acierto: hay muchísimas criaturas prehistóricas fascinantes más allá de los "lagartos terribles"). En honor a nuestra serie petarda favorita, en Dinosaur Renaissance hemos hecho lo mismo, y hemos dejado pasar algunas entregas de "Aprende con Primeval" antes de llegar a los dinosaurios. Pero hoy ese día ha llegado, y lo hace con un dino presente tanto en la serie inglesa como en su spin-off canadiense (con resultados dispares, eso sí). Lectores de Dinosaur Renaissance, dadle la bienvenida a Pachycephalosaurus.

Ejemplar de Pachycephalosaurus en una exposición en Japón (imagen tomada de Wikipedia).

Pachycephalosaurus, del que solamente se ha nombrado una especie, P. wyomingensis, es un género de dinosaurio paquicefalosáurido (el más grande de todo el grupo) del Cretácico Superior. Sus restos, no especialmente abundantes, se han encontrado en Norteamérica (en Montana, Wyoming y Dakota del Sur), en estratos del Maastrichtiense (justo a finales del Cretácico), lo que lo convierte en uno de los últimos dinosaurios no aviares. Los paquicefalosáuridos se caracterizan por presentar largas colas y patas traseras, pequeñas extremidades anteriores y sobre todo un característico cráneo compuesto por hueso de un grosor considerable en forma de domo. Estos compactos cráneos siempre se han interpretado como un mecanismo de combate entre individuos (machos, posiblemente), en el que los contrincantes se embestían brutalmente domo contra domo. Otra hipótesis propuesta es que la función de estas estructuras era mucho más visual, usándose para el reconocimiento. Parece que los paleontólogos no terminan de ponerse de acuerdo sobre esto: se afirmó en su momento que la morfología craneal y post-craneal de los paquicefalosaurios no era adecuada para enfrentamientos de este tipo, cráneo contra cráneo. Como consecuencia, se propuso posteriormente una hipótesis en la que los rivales golpearían sus cabezas lateralmente, como ilustra perfectamente este dibujo de Ryan Steiskal.


Sin embargo, un reciente estudio de 2013 hace un repaso a los diferentes cráneos y domos aislados de paquicefalosáuridos, y se centra en distintas fracturas y agujeros en los que nadie se había fijado previamente, por ser considerados consecuencia de la erosión de los fósiles. En el artículo, sin embargo, se interpretan como lesiones causadas durante enfrentamientos entre individuos, llamando la atención sobre el hecho de que solamente aquellos individuos con el domo más desarrollado presentan estas características, lo que da cierto peso a la hipótesis de que solo los machos, que presentaban cráneos más grandes, se enfrentarían entre sí. No está claro todavía de qué manera las utilizarían, pero sí que parece más que probable que los paquicefalosaurios usaban sus peculiares cabezas en el comportamiento agonístico.

¿Algo más? Ah, sí, un pequeño apunte sobre la dieta: son animales considerados principalmente herbívoros, pero la morfología de sus dientes desde luego no parece tan eficaz para "masticar" plantas como en otros grupos de dinosaurios. Una dieta omnívora tampoco se descarta para estos bichos; al igual que en el caso de los cráneos, no se dispone todavía de la suficiente información debido a la relativa escasez de sus restos en el registro fósil.

"Vertigo", con dos paquicefalosaurios llevándose bien en una apacible y segura llanura. Imagen de Christian Masnaghetti.

Y ahora es cuando llega el turno de hablar de Primeval, claro. Y lo haremos empezando con Primeval New World, en cuyo capítulo 8 de la primera (y única) temporada nos encontramos con un ejemplar de Pachycephalosaurus campando a sus anchas por Vancouver. Lo cierto es que el dinosaurio no cuenta aquí con demasiados minutos en pantalla y tiene más importancia por ciertos eventos que desencadena después que por su mera aparición. Aún así, está razonablemente bien diseñado, animado e integrado en la imagen (a ver, tampoco es una película... pero para televisión sí vale). Además, aparece como un animal tranquilo y relativamente pacífico, incluso bastante curioso... hasta que se ve reflejado  en un cristal, se confunde a sí mismo con un rival y se lía a topetazos con el escaparate.

Imagen promocional de Primeval New World, con el paquicefalosaurio atravesando una anomalía.

Hay un pequeño detalle sobre este paquicefalosaurio que me gusta mucho. En un momento del capítulo, se descubre que el animal se encuentra en un estado algo alterado... por haber consumido hongos alucinógenos (no parece descabellado que un omnívoro consuma setas, ¿verdad?). Quizás, lo que fuera que comiera en el ambiente cretácico del que provenía le diera ese carácter curioso y peculiar del que hace gala. Obviamente, no hay ninguna prueba de que los paquicefalosaurios hicieran cosas así... pero lo cierto es que hay numerosos casos de animales "drogadictos". Es habitual que monos, lemures, elefantes, moscas, cabras, gatos, delfines y un largo etcétera, consuman alcohol o sustancias alucinógenas que les dejan... tocadetes, por así decirlo, durante un rato. Y además, suelen repetir. Personalmente, fue un guiño gracioso de la serie que a mí me gustó ver.

Para muestra, un botón: algunos animales yonkis.

Por otro lado, la versión de Pachycephalosaurus que nos ofrece Primeval U.K. es bastante más exagerada. Permitidme que retome la parte teórica del post otra vez: seguro que recordáis la entrada que hizo mi compañero Dani hace algunos meses sobre los pokémon y la ontogenia y filogenia en dinosaurios. Nos viene al pelo para esta ocasión, porque ya allí hablaba de Pachycephalosaurus y de dos dinosaurios emparentados de la misma época y entorno, Stygimoloch y Dracorex. Estos dos géneros, ambos paquicefalosaúridos que compartieron hábitat con Pachycephalosaurus, han sido propuestos por varios estudios en los últimos años como formas juveniles o hembras de este último. No hay un consenso claro todavía sobre esto, pero parece que la hipótesis de que Pachycephalosaurus, Stygimoloch y Dracorex eran el mismo animal tienen cierta aceptación general.

Comparación de los cráneos de Dracorex, Stygimoloch y Pachycephalosaurus, colocados de izquierda a derecha en el hipotético desarrollo ontogenético. Imagen de Leila Battison.

¿Por qué os he contado esto? Porque, como he comentado, ya en la serie inglesa había aparecido uno de estos dinosaurios antes del paquicefalosaurio de New World; solo que, en este caso, habían decidido representarlo como Dracorex. Bueno, como Dracorex o como cualquier otra cosa, porque cualquier parecido de la criatura de Primeval con el D. hogwartsia (sí, el nombre específico hace referencia a la escuela Hogwarts de la saga de Harry Potter) real es pura coincidencia. Echad un vistazo:

A la izquierda, una recreación del aspecto real de Dracorex hogwartsia (suponiendo que fuera un género válido). A la derecha, Dracorex tal y como aparece en Primeval.

Independientemente de que fuera un género aparte o un juvenil de Pachycephalosaurus, el "rey dragón de Hogwarts" era un animal no demasiado grande, y desde luego bastante más pequeño que P. wyomingensis (aquí una comparativa). Entonces, ¿por qué mostrar a un enorme Dracorex, mucho más grande que el animal real? Da la sensación de ser incluso más grande que el paquicefalosaurio de New World.

La tercera temporada de Primeval se caracterizaba por jugar con la asociación entre los animales de las anomalías y las criaturas del folklore popular y la mitología, como ya pasaba con el Pristichampsus. En el caso del Dracorex, que aparece por primera vez en la tercera temporada, ocurre lo mismo: jugando con su nombre, los guionistas de la serie decidieron darle una apariencia mucho más draconiana para darle más gracia a la historia. Así, todos los cuernos, púas, pinchos, bultos y protuberancias del cráneo están muchísimo más exagerados; el hocico es algo más largo de lo que correspondería y, pese a ser herbívoro, cuenta con unos afilados dientes en la boca. Aunque los paquicefalosáuridos tenían unas extremidades anteriores relativamente cortas, este Dracorex presenta unos largos brazos y unas larguísimas y erróneas manos. A todo esto sumad además dos extrañas velas en el lomo, a modo de alas, aun cuando nada parecido se ha encontrado en el registro fósil. Por tanto, no es de extrañar que este animal sea confundido con un dragón cuando llega a la Edad Media a través de una anomalía.

Imagen promocional de la tercera temporada de Primeval: el Dracorex se enfrenta a un caballero medieval.

Este Dracorex es, además, un animal bastante agresivo, aunque lo cierto es que no mata a nadie ni nada por el estilo. A decir verdad, aunque es bastante malhumorado, no se comporta de manera diferente a otros herbívoros con mala leche como jabalíes, rinocerontes, elefantes o hipopótamos: la mayoría de las veces huye cuando se ve acosado, pero cuando se le acorrala termina embistiendo como buen paquicefalosaurio que es. Incluso en algún momento conseguimos verle más tranquilo, bebiendo agua o comiendo plantas. Resulta también curioso que los protagonistas se refieren a este dinosaurio como "Princesa", por lo que cabría esperar que fuera una hembra, incluso con sus grandes cuernos.

Aunque el diseño de este Dracorex es bastante feote, extravagante y poco adecuado a la realidad, por lo demás el animal está más o menos bien animado y no chirría demasiado en ese aspecto. Sea como sea, parece que, al contrario que en la realidad, el Dracorex del universo de Primeval es un animal diferente de Pachycephalosaurus.

Os dejamos con Luis Chiappe hablando sobre este dinosaurio en "The Real Creatures of Primeval".


sábado, 5 de abril de 2014

Aprende con Primeval: Arthropleura

Seguimos con el mundo de los artrópodos en Dinosaur Renaissance, en esta ocasión con la sección "Aprende con Primeval" (la cual hacía ya unos meses que no tocábamos, por cierto). Y si hablamos de artrópodos prehistóricos, uno de los más famosos e impresionantes es, sin duda, Arthropleura. En la serie británica, por supuesto, no podían dejar pasar la ocasión; una vez más, sin embargo, la recreación de este animal no es que sea precisamente fidedigna.

Recreación de Arthropleura armata en el Museo de Ciencias Naturales de Stuttgart.

Pero empecemos por el principio, como hay que empezar. Arthropleura es un género de miriápodos (ciempiés, milpiés y otros bichillos similares) del Carbonífero superior (340-280 millones de años), cuyos restos se han encontrado en Norteamérica y en Escocia. Existen varias especies de Arthropleura de distintos tamaños, siendo la mayor de ellas A. armata, de más de dos metros y medio de longitud. Aunque los restos que se encuentran de este animal suelen ser segmentos sueltos que componen los tagmas (partes principales) de su cuerpo (cabeza y tronco, en el caso de los miriápodos), es habitual encontrar también rastros fosilizados pertenecientes a Arthropleura, nombrados como Diplichnites

Rastros de Arthropleura en Crail (Fife, Escocia), asociadas al icnogénero Diplichnites.

A día de hoy se piensa que, dentro de los miriápodos, Arthropleura está mas emparentado con los diplópodos (es decir, los milpiés, que presentan dos pares de patas por segmento y que se alimentan de materia vegetal en descomposición) que con los quilópodos (los ciempiés, con un solo par de patas por segmento, venenosos y activos cazadores). Aunque antes se pensaba que podrían ser animales carnívoros, la ausencia de partes bucales fuertemente esclerotizadas en el registro fósil sugiere que serían más bien animales de hábitos herbívoros. Bueno, y lo cierto es que la presencia de polen de pteridófitas y de restos de lycopodios en el contenido estomacal y en coprolitos contribuyen también bastante a soportar esta hipótesis. Pese a ser posiblemente de hábitos herbívoros, como ya hemos visto llegaban a ser animales muy grandes; de hecho, A. armata es uno de los mayores artrópodos que jamás han existido, haciendo muy difícil que este enorme miriápodo tuviera algún tipo de depredador.

Comparación entre el ser humano y varios mega-artrópodos, por Ricardo Ramírez. En el centro, Eoarthropleura devonica, Arthropleura moyseyii y Arthropleura armata.

Con mayor o menor fortuna, Arthropleura ya había sido representado previamente en programas como Walking with Monsters y Prehistoric Park. Pero cuando llegó el turno de Primeval, como no podía ser de otra forma, pasaron a Arthropleura por su peculiar filtro y empezaron a hacer "primaveladas". Se ve que para los creadores de la serie dos metros y pico de bicho no eran suficientes, y decidieron agrandarlo hasta los 6 metros de longitud. Y como, por muy grande que sea, con un inofensivo artrópodo herbívoro no vas a ningún lado, transformaron el look de Arthropleura de diplópodo (milpiés) a quilópodo (ciempiés). Es decir, lo convirtieron en una gigantesca escolopendra, depredadora y con grandes mandíbulas.

Foto promocional de la primera temporada de Primeval: Stephen Hart es acechado por un gigantesco Arthropleura re-imaginado como una escolopendra. 

Puedo llegar a comprender el cambio, que los guionistas jugasen con la antigua idea del Arthropleura carnívoro para darle más chicha al capítulo. De hecho, uno de los personajes, el joven estudiante Connor Temple, comenta que con este animal no habría que preocuparse, pues se alimenta de vegetación muerta (está hablando del verdadero Arthropleura). Obviamente, Connor está equivocado y esto tiene peligrosas consecuencias cuando se enfrentan al animalico.

Puedo entender también la "monstruificación" del animal: ataques a personas, escondrijos húmedos y oscuros, ruidos amenazantes... Es lo normal en estos casos. Pero sí que hay una cosa que le duele a mi corazoncito de biólogo. Los miembros de Chilopoda (ciempiés, escolopendras y demás) presentan el primer par de patas modificados en unas uñas llamadas forcípulas, con las que inyectan el veneno a sus presas, y que actúan como apéndices bucales complementarios a las grandes mandíbulas. Pero ni transformando al Arthropleura en un ciempiés hacen las cosas bien en Primeval: aquí, el bicho inyecta el veneno mediante un único aguijón situado en algún punto de su aparato bucal. No existe nada similar en los quilópodos.

Forcípulas de una escolopendra (imagen tomada de http://www.aquaportail.com/definition-9382-forcipule.html)

Ni siquiera es que a nivel de efectos especiales resulte una maravilla, y eso que con los artrópodos suele ser bastante más fácil que con los vertebrados: aunque a ratos pueda dar el pego, en ocasiones chirría bastante cómo está animado e integrado en el fondo. Otra ocasión desaprovechada, querida Primeval.

P.S.- Os dejamos un pequeño recopilatoio que hemos encontrado en Youtube con las escenas del Arthropleura. Que os aproveche (o no).


martes, 10 de diciembre de 2013

Aprende con Primeval: Pristichampsus

Ya comentamos al final de nuestra primera entrada de "Aprende con Primeval" que en la serie no siempre se han hecho las cosas tan bien (dentro de lo que cabe) como en el caso del Pteranodon. Que, de hecho, algunos animales representados eran un auténtico despropósito, modificando su apariencia y su comportamiento en función de la historia de turno. El organismo del que hablaremos hoy, Pristichampsus, encaja a la perfección en esta desafortunada categoría.

Cráneo de Pristichampsus (imagen de Wikipedia).

Pristichampsus es un cocodrilo que vivió hace unos 40 millones de años (Paleoceno-Eoceno), y cuyos restos se han encontrado en diversas partes del mundo (Norteamérica, Europa y Asia). Este género de cocodrilos engloba a dos o tres especies, aunque la filogenia de los pristicámpsidos no está demasiado clara (no debe de haber demasiados restos o no debe de saberse demasiado sobre ellos -corregidme si me equivoco-), y es habitual que algunas especies bailen entre unos géneros y otros. 

Aunque se sitúa a Pristichampsidae como grupo hermano de Brevirostres (el clado compuesto por cocodrilos y caimanes actuales), lo cierto es que Pristichampsus poco tenía que ver con estos últimos. Con 3 metros de longitud, este animal tenía largas extremidades que sugieren un desplazamiento cursorial (es decir, adaptado para correr). Además, sus uñas se asemejaban a pezuñas, lo que parece indicar que era un animal mucho más terrestre que acuático. De hecho, se cree que sería capaz de adoptar una postura bípeda durante la carrera. Por otro lado, la cola de Pristichampsus era redondeada, más similar a la de los dinosaurios; aunque habría presentado osteodermos cubriendo su cuerpo, carecía de la típica cresta de osteodermos que tienen los cocodrilos actuales. 

Una de las reconstrucciones más emblemáticas de Pristichampsus, por Robert Bakker.

Sin embargo, el Pristichampsus de Primeval no tiene demasiado que ver con el Pristichampsus original. En la serie, la anomalía del Eoceno por la que salen estos cocodrilos no conecta solo con el Londres actual, sino también con el antiguo Egipto. Allí, los egipcios que los veían los confundían con Ammyt (o Ammut), una divinidad con cabeza de cocodrilo que devoraba las almas de aquellos difuntos que no eran considerados justos y merecedores de alcanzar la inmortalidad. Jugando con esta idea, en Primeval le dieron una imagen más antropomorfa, con largos brazos de aspecto humanoide (¡esos hombros, oiga!) y andando sobre las patas traseras con relativa facilidad. Por supuesto, también lo diseñaron algo más grande de lo que correspondía.

El Pristichampsus de Primeval, en una imagen promocional de la tercera temporada. 

No solo el torso y las extremidades anteriores chirrían: las patas traseras, aunque alargadas y adaptadas a la carrera, no habrían tenido ese aspecto dinosauriano. La cola, sin embargo, que si debería haber sido más parecida a la de nuestros amigos los dinosaurios, tiene un aspecto cocodriliano al cien por cien. Y siguiendo con el tema de los dinosaurios... En un momento concreto del capítulo, los protagonistas se encuentran un diente del Pristichampsus y afirman categóricamente: "Es un diente de cocodrilo". Sin embargo, los dientes de este animal son zifodontos, es decir, comprimidos lateralmente y aserrados, lo que llevó en su momento a que algunos paleontólogos los confundieran con dientes de dinosaurios terópodos y creyeran que algunos habían sobrevivido a la extinción del Cretácico. Esto significa que esos claros dientes de cocodrilo que ven los personajes en realidad no son tal. Podemos seguir con algunos fallos más: patas membranosas y con garras en lugar de pezuñas, piel rugosa en lugar de escamosa... La cabeza en general puede dar el pego, pero la boca a veces se abre de una forma un poco rara, y a mí suele darme la sensación de que faltan dientes.

Un par de fotogramas de la serie, en los que vemos al Pristichampsus entrando en las aguas frías del Támesis. Pueden apreciarse los errores más gordos: aunque las extremidades son bastante largas, las anteriores tienen un aire humanoide, y las posteriores se asemejan a las de los dinosaurios. Además, también se aprecia una cola claramente cocodriliana.  

A nivel etológico, este Pristichampsus también tiene bastante que mejorar. Aunque durante buena parte del episodio se nos muestra como un animal principalmente terrestre, hay un momento en el que no duda en meterse en el Támesis, y allí se mueve como pez en el agua (nunca mejor dicho), nadando con una soltura que no creo que tuviera el animal real, adaptado como estaba a la vida en tierra firme. Afortunadamente, al menos el cocodrilo no pasa demasiado tiempo en el río londinenese: es demasiado frío para el clima al que está acostumbrado. También hemos comentado ya que Pristichampsus era un animal corredor (algo que, por cierto, no hace una sola vez en los 40 minutos del capítulo) que sólo podría adoptar la postura bípeda en la carrera. Aquí, sin embargo, es bastante frecuente verlo sobre sus dos patas, andando totalmente erguido y confiado. 

Y por supuesto, lleva a cabo el habitual papel de monstruo en este tipo de series y películas: causando el caos a su paso, abollando coches, atacando y matando gente (sin necesidad de comérsela después), rugiendo... Lo normal en estos casos, vamos. El único comportamiento no agresivo de este cocodrilo en Primeval resulta igualmente insólito: acostumbrado a la veneración de los antiguos egipcios, quienes lo tomaban por un dios, el Pristichampsus decide volver a la anomalía y no atacar a los protagonistas cuando estos se postran ante él. Es uno de esos momentos típicos Primeval, que te hacen mirar con incredulidad la pantalla y preguntarte por qué sigues viendo la serie. Imaginativo es, desde luego, pero vamos... 

Para terminar, el animal ni siquiera está especialmente bien animado o integrado en el fondo. Es una pena, porque es una criatura de la que se podría haber sacado mucho más, incluso jugando con el tema del antiguo Egipto y Ammyt. Qué se le va a hacer, en Dinosaur Renaissance amamos Primeval con todos y cada uno de sus puntos flojos. Hay gente pa tó, que decía aquel.

P.D.- Recientemente hemos descubierto una serie de vídeos llamados "The Real Creatures of Primeval", en los que el paleontólogo Luis Chiappe, director del Dinosaur Institute (del Natural History Museum of Los Angeles), da un repasillo a algunos de los animales del programa de manera similar a la de este blog (en su defensa: sus vídeos son anteriores a esta sección; en nuestra defensa: pretendemos llevar esta sección hasta el final, con tooooodas las criaturas que aparecen en Primeval y Primeval New World). Os dejamos a continuación el vídeo que hicieron sobre Pristichampsus, para que veáis un poquito más de este cocodrilo.



martes, 24 de septiembre de 2013

Aprende con Primeval: Pteranodon

Tal y como mencionamos al final de la entrada "Primeval para principiantes", estrenamos una sección nueva a la que hemos denominado "Aprende con Primeval". Este nuevo apartado servirá para, utilizando como excusa la serie británica (y su spinf-off canadiense), aprender un poco más sobre distintos organismos y dar un repasillo a algunos temas sobre biología.  Así pues, empezamos: hoy, en "Aprende con Primeval", hablamos sobre Pteranodon.


Pteranodon es, posiblemente, el pterosaurio más conocido de todos. Fue un animal que vivió durante el Cretácico superior, hace unos 85 millones de años, en Norteamérica (al menos es donde se han encontrado sus fósiles, que se cuentan por centenas). Eran animales con un largo pico desdentado y una llamativa cresta sobre su cabeza; si bien queda empequeñecido frente a los gigantescos azdhárquidos, Pteranodon era un pterosaurio de gran tamaño, con una envergadura de unos 6 metros (para un macho adulto). A día de hoy se considera que solo existe una especie de Pteranodon, P. longiceps, pues la otra especie descrita, P. sternbergi, de pico aún más curvado y cresta más redondeada, puede ser un género propio, Geosternbergia.

Ejemplar macho de Pteranodon longiceps, por MattMart, y diagrama (Wikipedia).

¿Qué más os podemos contar sobre Pteranodon? Este pterosaurio, como todos los demás, se desplazaba a cuatro patas sobre tierra firme, y de nuevo como otros pterosaurios, despegaba desde esta posición cuadrúpeda, saltando e impulsándose después con las alas. Tradicionalmente se ha comparado su vuelo con el de los albatros actuales, más un planeo que un vuelo batido, aunque los últimos estudios parecen sugerir que los pterosaurios eran animales mucho más activos y menos torpes de lo que suponíamos. Se les asocia a ambientes costeros del gran mar interior de Norteamérica (el Mar Niobraran), y anidarían en acantilados rocosos, lejos de los depredadores. Volarían sobre el mar y las costas, alimentándose de peces y posiblemente también de invertebrados; además, se ha sugerido también un desplazamiento acuático, nadando sobre la superficie, desde donde podrían sumergirse como los cormoranes para capturar peces. Además, parece que Pteranodon presentaba un claro dimorfismo sexual: los ejemplares identificados como machos son más grandes (6 metros de envergadura frente a los 4 metros de las hembras) y con una cresta más larga y pronunciada, mientras que en el caso de las hembras solo hay una pequeña protuberancia triangular. Esto soportaría la hipótesis de una función visual y sexual para estas crestas. El número de restos identificados como hembras es mucho mayor que el de machos, por lo que se ha sugerido que estos animales vivirían en colonias polígamas (la distinción entre machos y hembras se hace mediante los huesos pélvicos).

Colonia de Pteranodon sobre unos acantilados, por Vlad Konstantinov. Pueden apreciarse las diferencias entre machos y hembras; en un primer plano, un macho despega desde la posición cuadrúpeda.

Y ya centrándonos en Primeval... ¿cómo son los ejemplares de Pteranodon que aparecen en la serie? En el quinto episodio de la primera temporada vemos un gran macho de color gris con una cresta roja; tan grande que, de hecho, está algo sobredimensionado (lo que en realidad suele ser corriente en todo este tipo de programas y películas). A nivel anatómico da bastante el pego, aunque hay por ahí algunas escenas en las que se sostiene sobre las patas traseras que no son correctas para nada. La forma de despegar tampoco es la adecuada, si bien es cierto que esta hipótesis del despegue desde la posición cuadrúpeda mediante un salto es bastante reciente. A nivel comportamental el bicho está bastante bien representado: no resulta especialmente violento ni ataca a las personas sin razón aparente. No le vemos alimentarse de peces, pero intenta zamparse a un Coelurosauravus que pasaba por allí (personalmente, esto no me chirría demasiado; que intente alimentarse de otros pequeños animales parece algo probable, y si no que se lo pregunten a este pelícano). Además, los protagonistas intentan atraerlo agitando una bandera roja, lo que él interpreta como otro Pteranodon; esto es bastante consistente con la hipótesis de una función visual para la cresta. El CGI, sin ser tampoco de lo mejor que se ha visto, resulta bastante decente.

¡Cuidado, profesor Cutter! (Imagen promocional de la primera temporada)

También en Primeval New World aparece este pterosaurio. En este caso, sin embargo, se trata de una hembra que está construyendo un nido en los alrededores de Vancouver. Puesto que el aspecto del Pteranodon de Primeval New World es diferente del de Primeval U.K., cabría suponer que se trata de especies o variaciones geográficas distintas. Este ejemplar combina rasgos acertados con otros bastante errados: es más pequeña que el macho de la serie inglesa (aunque sigue siendo más grande de lo que le corresponde), tiene el cuerpo cubierto por "pelo" (ya sabéis, lo que técnicamente se conoce como picnofibras, algo que no tenía el de Primeval U.K.) y además la vemos desplazarse de forma cuadrúpeda (aunque sigue poniéndose de vez en cuando sobre las patas traseras de una forma un poco rara). Sin embargo, presenta un pico totalmente recto en vez de ligeramente curvado hacia arriba, y tiene una gran cresta sobre la cabeza que como hemos visto es típica de machos, no de hembras. Y además, hay algo en sus alas que a mí me chirría un poco: no sé si son muy pequeñas, o la forma no es la adecuada... no lo sé, pero me resultan raras.

El Pteranodon hembra de New World. Vaya genio gasta la amiga...

Pero donde más patina esta hembra es en su comportamiento: resulta tremendamente agresiva, cumpliendo más con el papel de monstruo devora-hombres que actuando como un animal real. Así, a lo largo del capítulo, vemos cómo rapta a un niño y se lo lleva a su nido (no sabemos muy bien para qué) y cómo mata a un paracaidista y se alimenta de sus órganos internos (¿quizás algún tipo de suplemento alimenticio para el desarrollo de sus huevos? Si no no se explica este comportamiento en un animal piscívoro).  Además, no duda en enzarzarse en una (breve) pelea con un ejemplar de Utahraptor (con quien, por cierto, no coincidió en el tiempo; ¿vienen de distintas anomalías?). Resulta curioso que, las dos veces que volvemos a ver al Pteranodon en la serie original después del primer capítulo, se trata de dos intervenciones breves de dos hembras atacando a la gente que se acerca a su nido (también en este caso tienen una gran cresta). Otro fallo es que el nido de esta hembra esta construido en mitad del bosque, a merced de los depredadores, y no en los seguros riscos de un acantilado; de nuevo, esto también es así en los ejemplares que aparecen defendiendo su nido en Primeval U.K. Está claro que las hembras de Pteranodon del Universo Primeval no son muy hábiles a la hora de construir sus nidos, y claro, luego se pasan todo el día de mala leche...

Toma confrontación cretácica: visto y no visto.

Teniendo en cuenta que el CGI en New World es bastante bueno, es una pena que el Pteranodon esté desaprovechado de esta forma. Está claro que el Pteranodon ideal (o al menos el más parecido al animal real) sería una mezcla del macho del Primeval original y de la hembra del spin-off canadiense, que recogiera los aspectos más acertados de cada uno de ellos. Pese a todo, los ejemplares de Pteranodon que vemos en la serie pueden valer y están más o menos bien representados; como veremos más adelante, en Primeval se han llegado a hacer cosas mucho, muchísimo peores XD

¡No os perdáis la siguiente entrega!

viernes, 24 de mayo de 2013

Primeval para principiantes



Todos aquellos que nos conocen han tenido "la suerte" de descubrir cuánto nos gusta a Dani y a mí Primeval. Vamos, que podemos llegar a ponernos realmente pesados. Pero... ¿qué es Primeval?

Primeval (o como la denominaron de manera infame en España, Mundo Primitivo -en Canal + primero- o Invasión Jurásica -posteriormente en Cuatro, todavía peor-) es una serie británica de ciencia-ficción creada por Adrian Hodges y Tim Haines (también creador de la franquicia "Walking with..") y producida por Impossible Pictures y el canal de televisión ITV. Comenzó a emitirse en 2007 para intentar competir con la serie de ficción estrella de la BBC, los nuevos episodios de Doctor Who. Algo que, por supuesto, los creadores han negado (por cierto, si hay un paleontólogo experto en Doctor Who, ese es El Pakozoico).

Todo eso está muy bien... pero dinos de qué va, ¡pesao! Vale, vale... Primeval narra las aventuras de Nick Cutter, un profesor de paleontología que un día descubre que están empezando a abrirse portales temporales (conocidos como anomalías) por Gran Bretaña, y que de ellos están empezando a salir toda clase de animales prehistóricos. Además a esto hay que sumarle la entrada en escena de Helen, su mujer, desaparecida ocho años atrás. ¿Cuál es el origen de estas anomalías? ¿Está Helen relacionada de alguna manera con ellas? Así pues, Cutter recluta un equipo para lidiar con estas criaturas e investigar sobre los portales temporales: Stephen Hart, amigo y compañero de trabajo; Connor Temple, estudiante de paleontología en particular y friki en general; Abby Maitland, experta en animales empleada en un zoológico; y por último dos funcionarios del Ministerio de Interior, Claudia Brown y James Lester.

¡Bienvenido al Pérmico, profesor Cutter!

Con el paso de las temporadas, como es normal, el casting se fue renovando, y mientras unos salían, otros entraban. Así, conocemos también al capitán Hilary Becker, encargado de la seguridad del grupo; Sarah Page, egiptóloga que investiga la posible relación entre las criaturas y legendas famosas; Danny Quinn, agente de policía obsesionado con la desaparición de su hermano años atrás en extrañas circunstancias; Matt Anderson, nuevo líder del equipo, altamente cualificado pero de orígenes inciertos y misteriosos; Jess Parker, experta en tecnología y coordinadora de campo desde el centro de operaciones; Emily Merchant, viajera del tiempo nacida en la época victoriana; Philip Burton, un brillante empresario...

El grupo protagonista a lo largo de las temporadas

En los cinco años de programa, los personajes se enfrentan a multitud de animales del pasado y el futuro, así como lidian con problemas más serios: viajeros del tiempo desquiciados con tendencias homicidas, funcionarios del gobierno con ansias de poder, magnates arrogantes que intentan controlar las anomalías, las consecuencias de alterar la línea temporal e incluso el mismo fin del mundo. Y detrás de muchos de estos problemas está la demente Helen Cutter, obsesionada con erradicar a la humanidad y utilizar el tiempo como su laboratorio de experimentos. Por supuesto, Cutter y su equipo cada vez están mejor preparados frente a estas amenazas: lo que comienza como una colaboración entre el Ministerio del Interior y unos pocos civiles termina con una organización gubernamental plenamente dedicada a ello, el ARC (Anomaly Research Centre), con la más puntera y avanzada tecnología que les permite predecir, detectar y bloquear anomalías.

Logo del ARC (o CINA, en español -Centro de Investigación de Anomalías-)

No suena nada mal, ¿verdad? Dinosaurios, viajes en el tiempo, un montón de tramas interesantes... Bien, cartas sobre la mesa: Primeval no es una buena serie. Podríamos decir, de hecho, que es más bien mala. En mi opinión, tiene el mismo toque "british" y el mismo tono desenfadado que Doctor Who; su objetivo no es más que entretener y hacer pasar un buen rato al espectador, sin pretensiones de ningún tipo. Pero donde Doctor Who triunfa, Primeval falla miserablemente: guiones más bien flojos y poco elaborados, enormes agujeros e interrogantes en la trama que jamás son resueltos e interpretaciones como mucho decentes. Ni siquiera los dinosaurios y otras criaturas, principal aliciente de la serie, lo compensan: animales que no se corresponden con lo que sabemos de ellos, licencias artísticas, CGI que a veces roza el ridículo más absoluto... (aunque hay que reconocer que, en determinados momentos, tiran la casa por la ventana y los efectos son bastante impresionantes). A partir de la tercera temporada, la serie empezó a tener problemas con las audiencias, y al finalizar esta (con un cliffhanger muy interesante, por cierto) el canal de televisión ITV anunció que no la renovaría. Gracias a la presión de los fans, ITV llegó a un acuerdo con el canal Watch y firmaron por dos temporadas más, ambientadas un año después del final de la tercera. Con unas audiencias también flojas (muchos seguidores de la serie no están contentos con estas temporadas 4 y 5) el programa entraba de nuevo en fase de latencia a mediados de 2011: si  terminaba en ese punto, se podría decir que se había dado más o menos un final a la historia (aunque seguían quedando muchos cabos sueltos), y si se decidía continuar, todavía había mucho material del que tirar. Y de momento, aquí es hasta donde ha llegado la serie británica.


Sin embargo, este no fue el fin de la franquicia Primeval (sí, sí, franquicia: hay juguetes, algunas novelas, un par de juegos y aplicaciones para el móvil...). A finales de 2012 se estrenaba en el canal canadiense Space Primeval: New World, un spin-off de la serie británica original. Aunque las anomalías aparecen con una frecuencia muy alta en Gran Bretaña (o eso parece si vemos la serie, es algo que deberían explicar), sabemos que también se abren en otras partes del mundo. New World nos sitúa en Vancouver (Canadá) y nos presenta a Evan Cross, un empresario y científico brillante, dueño y fundador de una empresa de alta tecnología llamada Cross Photonics, que sin embargo vive traumatizado con el recuerdo de la muerte de su esposa Brooke seis años atrás (sip, en 2006, antes de que empezara la serie original) a causa del ataque de un albertosaurio que atravesó una anomalía. Desde entonces, Evan ha estado obsesionado con las anomalías y el dinosaurio, intentando entender qué son, cómo funcionan, cuándo aparecen... En 2012 estos portales empiezan a aparecer con más frecuencia en los alrededores de Vancouver, y para batallar con las criaturas prehistóricas que las atraviesan, Evan forma un grupo de contención compuesto por civiles: Mac Rendell, guardia de seguridad de Cross Photonics; Dylan Weir, que trabaja en Control de Depredadores y es experta en animales; y Toby Nance, ayudante de Evan y enganchada totalmente al mundo tecnológico. También tendrá que tratar con Ange Finch, amiga de Evan y directora ejecutiva de Cross Photonics (que ve con desaprobación el tiempo que malgasta el protagonista en investigar las anomalías en vez de centrarse en la empresa), y con el teniente Ken Leeds, militar caído en desgracia que se encuentra al mando de un departamento del gobierno denominado Proyecto Magnet, y cuyas intenciones no están claras.


Yo creo que New World es mejor que la serie original (llamémosla Primeval U.K.): muy a la americana, sí, pero con personajes mejor construidos (aunque alguna excepción hay por ahí), tramas que se desarrollan poco a poco y mejor encajadas, mejores actuaciones y desde luego, efectos especiales muy muy superiores (el final de temporada alcanza niveles de película). Si a esto le añades algunos misterios en el argumento y un par de cameos de nuestro querido y friki Connor Temple, deberías tener un resultado perfecto, ¿no? Pues no. Primeval: New World también cayó en desgracia. Para empezar, las semejanzas con Primeval U.K. están muy patentes, y hay personajes y situaciones que nos parecerá haber visto ya. Además, con todos los "peros" que tenía la serie original, contaba con personajes carismáticos que se habían ganado el cariño de los fans a lo largo de las 5 temporadas, y los protagonistas de New World no enamoran tanto. Muchos seguidores de Primeval U.K. no le dieron una mínima oportunidad al spin-off. Además, la serie realmente pega el acelerón en los últimos 6 capítulos, mientras que en los 7 anteriores no ocurre demasiado. Todo esto tuvo como consecuencia unas audiencias no demasiado altas, y el anuncio del canal Space de no renovar Primeval: New World por un segunda temporada. Una lástima, teniendo en cuenta que New World no conecta con Primeval U.K. todo lo que debería, y tenía potencial para muchísimo más. Sin duda habría despegado con nuevas temporadas, pero no la han dejado.

La gente involucrada en la serie confía en poder hacer negocio en otras cadenas de telvisión, y su última baza es el estreno de New World en junio en Estados Unidos a través del canal Syfy. También hay algunos movimientos por parte de la comunidad fan para intentar salvarla (como ya os contamos aquí), pero la cosa no pinta demasiado bien. Parece que, de momento, habrá que conformarse con proyectos fans, como Primeval Revelations.

Y entonces, ¿para qué todo este rollo? ¿Estás intentando vendernos una serie de televisión que es mala y que además está inconclusa? Bueno, en parte sí. Ambas series tienen muuuchos defectos, pero son divertidas y entretenidas, y tienen dinosaurios. Nosotros no necesitamos más. Dándole una oportunidad y pasando por alto sus fallos, puede daros buenos momentos. Pero, además, esta entrada tiene objetivo servir como antesala a una sección nueva en la que hablaremos de las distintas criaturas que aparecen en el programa, y las utilizaremos como excusa para hablar de dinosaurios, fósiles y temas variados de biología.

No perdamos la esperanza, y confiemos en que las anomalías vuelvan a abrirse algún día.

Imagen tomada del proyecto fan Primeval Revelations.

lunes, 25 de febrero de 2013

Save Primeval New World!

Después de una corta andadura, el canal de televisión canadiense Space ha decidido no renovar Primeval New World por una segunda temporada, el spin-off de la serie británica Primeval (ya tocarán muchos posts sobre todo esto más adelante :P).

Hasta el albertosaurio, principal criatura antagonista de la serie, está sufriendo.

La razón son las malas audiencias, aunque he leído muchas críticas por el anticuado modo de medirlas en el canal (pero no tengo ni idea de en qué consisten dichas mediciones). Una pena, teniendo en cuenta que ahora la serie empezaba a ponerse interesante, y la temporada terminaba con un cliffhanger bastante potente.

Si, por casualidad, alguno de los lectores sigue la serie y quiere ayudar, puede hacerlo dándole a "Me gusta" en esta página de Facebook, utilizando los hashtag #SavePrimevalNW y #SaveNewWorld en Twitter o firmando una petición aquí.

Por si os lo preguntáis, no, no vamos a comisión ni nada :P Es solo el deseo de unos fans que quieren seguir disfrutando de una serie que, con todos sus peros (muchos, muchísimos peros) nos ha dado muchos buenos ratos (oighs, qué bonito!).