No, no hemos abandonado el blog, aunque lo parezca. Qué lejos quedan aquellos meses de junio y julio, cuando escribimos varias entradas sobre cine y paleoarte; qué lejos aquellas promesas de nuevos posts con reseñas de libros, análisis detallados de Jurassic World (se nos quedaron un par de entradas en el camino) y noticias varias. La vida de doctorando es lo que tiene, que tenemos mucho menos tiempo libre del que nos gustaría para actualizar esto. Y además mucho me temo que esta va a ser la dinámica imperante en el blog: conseguiremos actualizar de vez en cuando, pero le seguirán largos periodos de sequía. De todas formas, intentaremos hacer un esfuerzo, y por mi parte tengo algunas entradas en la recámara: The Good Dinosaur se estrena en breves, y también preparo alguna reseñita, así como una nueva entrega de "Aprende con Primeval". Ojalá estas promesas no caigan en saco roto.
Ya no queda mucho para que se estrene The Good Dinosaur (¿por qué narices le han cambiado el título aquí?).
Y precisamente del Triásico trata la entrada de hoy. Hace más o menos un año estuve en Dinópolis estudiando unos restos de vertebrados que habían sido encontrados en los alrededores de la localidad de Manzanera (Teruel) en el 2000. Desde entonces, estos fósiles no habían sido prácticamente estudiados. Teniendo en cuenta que dichos fósiles procedían de sedimentos triásicos y que parecían incluir elementos de sauropterigios, este material encajaba bastante bien en la temática de mi tesis, y conseguimos permiso para poder estudiar estos restos. Ahora, los resultados de este estudio llevado a cabo por investigadores del Grupo de Biología Evolutiva de la Universiad Nacional de Educación a Distancia (UNED) y la Fundación Dinópolis han salido publicados online (aparecerán maquetados en su versión definitiva en el número de diciembre) en la revista Geobios, bajo el título "A diverse Late Triassic tetrapod fauna from Manzanera (Teruel, Spain)".
Aunque el material de Manzanera es bastante fragmentario (huesos aislados, rotos y mal preservados), nos ha permitido reconocer una diversidad relativamente alta de tetrápodos entre los restos recuperados de los afloramientos turolenses. Tenemos algunos fragmentos de huesos dérmicos (posiblemente craneales) de anfibios temnospóndilos, compatibles quizás con metoposaurios o capitosaurios. Hay también unos pocos elementos vertebrales parciales atribuidos a ictiosaurios, que se encontrarían entre los restos más antiguos de este grupo en la Península Ibérica. Y además se ha encontrado una alta cantidad de osteodermos aislados pertenecientes a placodontos ciamodontoideos, con diferentes morfologías que podrían corresponder a varios taxones como Psephoderma o Psephosauriscus (aunque debido a la gran variabilidad de los osteodermos en los caparazones de los placodontos es arriesgado hacer asignaciones taxonómicas tan precisas a partir de restos tan escasos).
Pero por encima de estos elementos, destacan varias costillas, centros vertebrales, arcos neurales y una vértebra dorsal casi completa que hemos identificado como pertenecientes a Simosaurus. Este sauropterigio notosauroideo se diferencia de otros notosaurios típicos en una construcción esquelética más robusta, con un cráneo más romo y de rostro corto, con una dentición adaptada a una alimentación relativamente durófaga. Los restos de Simosaurus se han encontrado en niveles del Triásico Medio de Centroeuropa y de Oriente Próximo, y en el Triásico Superior de los Alpes italianos. Esta es, por lo tanto, la primera vez que se describen restos de Simosaurus en la Península Ibérica. Los restos de Manzanera presentan algunas diferencias morfológicas respecto a Simosaurus gaillardoti (la única especie descrita, correspondiente al simosaurio del Triásico Medio), también presentes en los fósiles italianos. Trabajos anteriores datan los afloramientos de Manzanera como Carniense (Triásico Superior). De ser cierta esta datación, los restos de simosaurios de Teruel se encontrarían entre los más modernos para este género, junto con aquellos de Italia. Esto confirmaría que el género Simosaurus sobrevivió más allá del Triásico Medio, quizás como una segunda especie.
Los sedimentos en los que se han encontrado los fósiles triásicos de Manzanera corresponden a una unidad costera, congruente con el tipo de hábitats en el que vivían placodontos y otros sauropterigios triásicos. Sin embargo, los temnospóndilos eran en su mayoría habitantes de zonas continentales, mientras que los ictiosaurios ocupaban zonas de mar abierto. La presencia de fósiles de estos dos grupos en los afloramientos de Manzanera indican que sus restos serían alóctonos. Así, podemos empezar a imaginarnos cómo serían los mares que cubrían Teruel durante el Triásico: placodontos y simosaurios vivían en aguas poco profundas cerca de la costa, mientras que los ictiosaurios, adaptados ya a una vida plenamente acuática, vivían mar adentro. Por otra parte, los temnospóndilos nadaban y cazaban a sus anchas en agua dulce, en el interior.
Reconstrucción de los mares del Triásico Superior de Manzanera: Simosaurus en el centro de la imagen, un placodonto ciamodontoideo similar a Psephoderma debajo de él, y al fondo la silueta de un ictiosaurio.
Por último, centrándonos en el mundo de la paleoilustración, me gustaría hablar un poco sobre el dibujillo que hice para acompañar la nota de prensa del artículo que publicamos. La idea era hacer algo sencillito y rápido, que no requiriera mucho tiempo pero sirviera para ilustrar la diversidad de organismos descrita en el trabajo. En ese aspecto, creo que la composición de la imagen cumple: en un primer plano, cerca del espectador (y de la tierra firme), tenemos al simosaurio, principal protagonista, y al placodonto, que se aparta de su camino levantando una nube de sedimento del lecho marino; al fondo, más lejos de nosotros, en aguas más profundas, se vislumbra la silueta de un ictiosaurio. Meter a un temnospóndilo habría recargado la imagen y no habría tenido mucha lógica, salvo que fuera como un cadáver, así que fuera.
También estoy contento con el color y tono de la ilustración, y con las luces y sombras. Sin embargo, chocan completamente con la idea original del dibujo de hacer algo con un estilo casi "cartoon". Así, tenemos al final un resultado con el que no estoy nada contento, con luces y sombras más trabajadas, pero manteniendo las siluetas del dibujo, lo que le da un aspecto de inacabado o poco cuidado. Como he dicho, es algo que hice rápido y tampoco había tiempo para mucho más.
En cualquier caso, creo que próximamente podré enseñaros otra ilustración bastante más elaborada y con la que he acabado satisfecho. Permaneced atentos.
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Referencia: Miguel Chaves, C; Pérez-García, A.; Cobos, A.; Royo-Torres, R.; Ortega, F.; Alcalá, A. In press. A diverse Late Triassic tetrapod fauna from Manzanera (Teruel, Spain).
Geobios. DOI:
http://dx.doi.org/10.1016/j.geobios.2015.09.002