Ya que un servidor está entrando de lleno en el mundo de los reptiles marinos, voy a aprovechar para hacer una reseña (que hacía mucho que no caía una por aquí) del que fue uno de los regalos de mi último cumpleaños: el documental de 2007 "Gigantes del Océano: Una Aventura Prehistórica" (o "Sea Monsters: A Prehistoric Adventure" para los angloparlantes). ¿Por qué hacer ahora una crítica de un documental que tiene casi 8 años? Pues porque yo no lo había visto y porque me apetece. ¡Ea!
"Sea Monsters" es una película de 40 minutos de duración producida por National Geographic, rodada en 3D y proyectada en cines en el mismo formato en octubre de 2007. Cuenta la historia de una hembra de Dolychorhynchops, un género de plesiosaurio de cuello corto, cráneo alargado y pequeño tamaño, que habitó en lo que hoy es Kansas a finales del Cretácico. Durante la narración seremos testigos de su vida, desde el momento de su nacimiento hasta el fin de sus días, y descubriremos la enorme diversidad de criaturas que existía en el gran mar interior de Norteamérica: mosasaurios, tiburones, elasmosaurios, peces, moluscos, aves, tortugas... Además, la historia de Dolly la Dolychorhynchops y su familia se alterna con varias recreaciones de distintos descubrimientos paleontológicos, que aportan evidencias científicas sobre lo que se está viendo en la trama de la hembra plesiosaurio.
Vamos a empezar las cosas al revés: ¿tiene "Sea Monsters" cosas malas? Pues sí, las tiene. Quizás lo más gordo es que toda la parte "científica" rompe bastante el ritmo de la narración. Es lógico (y debería decir incluso obligatorio) que en un documental de este tipo exista algo que nos aporte información real, que soporte con evidencias todo lo que vemos en la historia. Pero mientras que en otros documentales funciona a la perfección y es uno de sus puntos fuertes (véase "Planet Dinosaur" de la BBC), aquí chirría. No se me ocurre la forma correcta para hacerlo en el caso que nos ocupa, la verdad, pero lo cierto es que te saca totalmente de la historia.
Luego tenemos otros puntos flacos, pero son fallos menores: por ejemplo, a veces da la sensación de que hay saturación de animales. ¿Sabéis esos dibujos que representan ecosistemas enteros y que incluyen a cada uno de los organismos que los componen? Suelen ser imágenes recargadas y poco realistas, pero que sirven a la perfección para ilustrar toda la biodiversidad de un hábitat concreto. A "Sea Monsters" también le ocurre eso, solo que aquí no es necesario: en un documental que cuenta con 40 minutos para mostrar las faunas marinas del Cretácico de Norteamérica, no hace falta que estén saliendo todo el rato un montón de animales de distintas especies. Resulta poco creíble. Pero pese a todo, como he comentado, no me molesta.
Tampoco me molesta lo inexacto de algunos bichos (principalmente los mosasaurios, pero la película es anterior al descubrimiento de algunos fósiles que nos han ayudado a conocer mejor a estos reptiles, y tampoco son cosas gordas), o que en los primeros planos o en escenas fuera del agua el CGI cante cosa mala (hay un plano de un tiranosáurido que es criminal). ¿Por qué?
Porque, en términos generales, "Sea Monsters" me ha gustado, y me ha gustado mucho. Conocía su existencia, pero nunca me había llamado lo suficiente como para buscarlo. Gran error: este documental me ha sorprendido gratamente. Aunque los gráficos por ordenador se noten demasiado en ciertas tomas, lo cierto es que funcionan bastante bien en general. Resultan, a grandes rasgos, naturales y creíbles: los diseños de los animales y sus movimientos funcionan a la perfección. Tenemos, además, escenas y tomas (perdón por la cursilería) realmente hermosas, apabullantes a nivel visual. "Sea Monsters" es una delicia para la vista. Y la banda sonora es otro gran acierto: delicada, sosegada, tranquila e inusualmente elaborada para un producto de este tipo. La suma de todos estos factores hace que nos encontremos ante un documental bonito y relajante, cuidado y que consigue trasladarte hasta los mares del Cretácico de tal manera que parece que podría haber sido rodado hoy en día con animales de verdad.
Vamos a empezar las cosas al revés: ¿tiene "Sea Monsters" cosas malas? Pues sí, las tiene. Quizás lo más gordo es que toda la parte "científica" rompe bastante el ritmo de la narración. Es lógico (y debería decir incluso obligatorio) que en un documental de este tipo exista algo que nos aporte información real, que soporte con evidencias todo lo que vemos en la historia. Pero mientras que en otros documentales funciona a la perfección y es uno de sus puntos fuertes (véase "Planet Dinosaur" de la BBC), aquí chirría. No se me ocurre la forma correcta para hacerlo en el caso que nos ocupa, la verdad, pero lo cierto es que te saca totalmente de la historia.
Luego tenemos otros puntos flacos, pero son fallos menores: por ejemplo, a veces da la sensación de que hay saturación de animales. ¿Sabéis esos dibujos que representan ecosistemas enteros y que incluyen a cada uno de los organismos que los componen? Suelen ser imágenes recargadas y poco realistas, pero que sirven a la perfección para ilustrar toda la biodiversidad de un hábitat concreto. A "Sea Monsters" también le ocurre eso, solo que aquí no es necesario: en un documental que cuenta con 40 minutos para mostrar las faunas marinas del Cretácico de Norteamérica, no hace falta que estén saliendo todo el rato un montón de animales de distintas especies. Resulta poco creíble. Pero pese a todo, como he comentado, no me molesta.
Tampoco me molesta lo inexacto de algunos bichos (principalmente los mosasaurios, pero la película es anterior al descubrimiento de algunos fósiles que nos han ayudado a conocer mejor a estos reptiles, y tampoco son cosas gordas), o que en los primeros planos o en escenas fuera del agua el CGI cante cosa mala (hay un plano de un tiranosáurido que es criminal). ¿Por qué?
Porque, en términos generales, "Sea Monsters" me ha gustado, y me ha gustado mucho. Conocía su existencia, pero nunca me había llamado lo suficiente como para buscarlo. Gran error: este documental me ha sorprendido gratamente. Aunque los gráficos por ordenador se noten demasiado en ciertas tomas, lo cierto es que funcionan bastante bien en general. Resultan, a grandes rasgos, naturales y creíbles: los diseños de los animales y sus movimientos funcionan a la perfección. Tenemos, además, escenas y tomas (perdón por la cursilería) realmente hermosas, apabullantes a nivel visual. "Sea Monsters" es una delicia para la vista. Y la banda sonora es otro gran acierto: delicada, sosegada, tranquila e inusualmente elaborada para un producto de este tipo. La suma de todos estos factores hace que nos encontremos ante un documental bonito y relajante, cuidado y que consigue trasladarte hasta los mares del Cretácico de tal manera que parece que podría haber sido rodado hoy en día con animales de verdad.
Es una pena, pero precisamente por eso molesta la alternancia de estas sobrecogedoras imágenes marinas con las historias sobre excavaciones y descubrimientos, y el hecho de no tener una historia demasiado desarrollada. Hace que 40 minutos parezcan pocos y te quedes con ganas de mucho más. En cualquier caso, no puedo más que recomendar encarecidamente que veáis "Sea Monsters" si todavía no lo habéis hecho. No quiero que parezca que en esta crítica pesan más los puntos negativos que los positivos, porque de verdad que no es así en absoluto: para mí, los defectos que pueda tener este documental no empañan en absoluto la grata experiencia que ha supuesto verlo.
Así pues, dadle una oportunidad. En el peor de los casos, aprenderéis algo sobre reptiles marinos. En el mejor (y espero que así sea) viajaréis hasta el Cretácico y acompañaréis a una hembra de plesiosaurio en un viaje fascinante.
P.S.- Los Reyes Magos se han portado bien y me han provisto de más paleomaterial didáctico, así que nuevas reseñas caerán antes o después.
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