miércoles, 31 de julio de 2013

Plumas: ¿dónde paramos? (III)

Tras una breve introducción al tema y dar posteriormente un repaso a los terópodos, hoy nos toca hablar de ornitisquios, pterosaurios y cocodrilos. ¿Cómo has dicho? ¿Cocodrilos emplumados? No, por supuesto que no, pero lo cierto es que no es tan sencilla la cosa, y en estos grupos todo está mucho menos claro. Así que vamos con los hechos, y vosotros podréis formaros después vuestra propia opinión.



Si echamos un ojo al cladograma de la imagen superior (de nuevo, del paeloartista Nobu Tamura) podemos ver que los dinosaurios se dividen en dos grupos claros, bien diferenciados por la forma de su cadera: saurisquios (que incluye a los saurópodos y a los terópodos) y ornitsquios, entre los que se encuentran una gran variedad de dinosaurios fitófagos (comedores de plantas). Es en estos ornitisquios en quienes nos fijaremos en primer lugar, porque la variedad de dinosaurios con peculiares estructuras tegumentarias no se restringe a los carnívoros.

¿Veis el clado llamado Ceratopsia? Los ceratopsios, en general, son dinosaurios cuadrúpedos, grandes y pesados, con pico de loro y enormes cráneos abarrotados de cuernos y protuberancias de todo tipo. Sí, como el famoso Triceratops, uno de los más grandes dentro de este grupo y el más emblemático. Entonces, ¿quien esperaría encontrar en un grupo de animales como este algo así?


Este animalito es Psittacosaurus, un pequeño ceratopsio basal conocido desde hace casi cien años. Y sin embargo, aunque se conocía desde hacía tanto tiempo, el ejemplar que estáis viendo proporcionó un montón de información nueva e inesperada. Publicado en 2002 a partir de material expoliado, mostraba clarísimas evidencias de un tipo de integumento filamentoso en la cola, unas largas estructuras tubulares y huecas. En un dinosaurio tan alejado filogenéticamente de los terópodos, es toda una sorpresa.

Más impresionante todavía es el siguiente dinosaurio del que hablaremos: Tianyulong confuciusi. También es un pequeño ornitópodo llegado de China (para variar), en este caso un heterodontosáurido, y como Psittacosaurus, presenta una hilera de largas estructuras filamentosas simples en la espalda y la base de la cola, y también algunas más pequeñas en el cuello (lo que hace pensar que quizás tuviera cubierto el cuerpo por algún tipo de "abrigo").


¿Le echamos de nuevo un vistazo al cladograma?

Se ve claramente que aparecen integumentos plumosos, protoplumosos o aparentemente protoplumosos (vaya jerga) en tres grupos distintos, uno de ellos bastante separado de los otros dos, ¿verdad? Ceratopsios, heterodontosáuridos y terópodos (o al menos tetanuros). Lo más parsimonioso, por tanto, sería pensar que el origen de las plumas está en la base de Dinosauria, ¿no?

Hora de parar el carro. Sería lo más parsimonioso, efectivamente, si todas estas estructuras FUERAN HOMÓLOGAS (tuvieran un mismo origen evolutivo y estructural/embriológico). Sin embargo, hasta el momento, no hay ninguna evidencia de que lo sean (hay que decir que tampoco hay evidencias claras de que no lo sean). Parece que las cubiertas de Psittacosaurus y Tianyulong son más parecidas entre sí que las de los terópodos. A día de hoy no está claro, y serán necesarios más estudios que inclinen la balanza definitivamente hacia un lado o hacia otro.

Pero esto todavía se complica más. Los pterosaurios, reptiles voladores mesozoicos emparentados con los dinosaurios (aunque NO ERAN DINOSAURIOS) estaban cubiertos de "pelo". Por supuesto, no pelo como el de los mamíferos, sino estructuras simples y filamentosas (¿os suena?) similares a pelo, denominadas por los paleontólogos "picnofibras". De nuevo, no hay evidencias suficientes para afirmar que estas picnofibras tienen el mismo origen que las plumas y protoplumas de los dinosaurios. Podéis apreciar las picnofibras en el peludo pterosaurio de aquí abajo, Sordes pilosus.


La última pieza de este puzzle es un sorprendente estudio publicado en 2006 que confirma la presencia en Alligator de genes homólogos a aquellos que se expresan en aves durante la producción de plumas, aunque su expresión se interrumpe en el desarrollo embriológico. ¿Os imagináis un cocodrilo emplumado?

Así pues, recapitulemos: tenemos plumas y protoplumas en el linaje de los terópodos, largos y simples filamentos tubulares en algunos ornitisquios y picnofibras en pterosaurios. Todas estas estructuras, aunque no está claro en absoluto que sean homólogas, sí que da la sensación de que al menos se parecen (se ha puesto ya de manifiesto las aparentes similitudes entre los integumentos de ornitisquios y pterosaurios y las protoplumas simples del tericinosaurio Beipiaosaurus). Y además, parece que los cocodrilos contienen en su genoma la misma maquinaria e información que las aves emplean para desarrollar su plumaje.

Surgen, por tanto, un montón de preguntas: ¿han surgido todas estas estructuras de manera independiente? ¿Son las plumas un carácter común a todos los dinosaurios? ¿Quizás a Ornithodira (el clado que incluye a pterosaurios y dinosaurios)? ¿O hay que irse todavía más lejos, y buscar el origen de las plumas en la base de Archosauria? Y de ser así, ¿cuál sería la función principal de estas protoplumas, y en qué contexto habrían surgido?

Lo cierto es que hasta el momento no disponemos de la suficiente información como para responder a estas preguntas y especular siempre es fácil (y peligroso), aunque la idea de que las plumas aparecieran por lo menos en la base de Dinosauria empieza a no parecer tan descabellada. Si es así, hay que plantearse una última cuestión: ¿estaban todos los dinosaurios emplumados?

En este interrogante nos centraremos en la siguiente entrega, la cuarta y última parte de "Plumas: ¿dónde paramos?". ¡Aquí os esperamos!

P.D. / Fe de erratas - nos han informado de que algunas cosas mostradas en el cladograma de los terópodos eran incorrectas (parece ser que Compsognathidae, por ejemplo, no es un grupo monofilético). De la misma manera, tampoco la filogenia de Dinosauria está clara (se ha sugerido que los heterodontosáuridos podrían estar más emparentados con Marginocephalia -paquicefalosaurios y ceratopsios- que con otros ornitisquios). Sin embargo, a grandes rasgos, nos siguen valiendo para ilustrar estas entradas. No nos lo tengáis muy en cuenta ;)

jueves, 25 de julio de 2013

La conexión Alan Grant - Horner/Makela

Con Jurassic Park 3D a un mes de ser estrenada en las pantallas del país, nos ha parecido interesante escribir algunas entradas enfocadas a esta saga de películas, de las cuales ambos somos grandes fans. Aunque pretendía comenzar con un análisis de cómo ha cambiado la imagen de los dinosaurios en los 20 años transcurridos, me ha parecido un tema muy manido y trillado del que se han vertido ríos de tinta (como se decía cuando las palabras se imprimían).

El Dr. Grant, con un dinosaurio "vivo".

De modo que he decidido hablar sobre un tema algo más banal, pero no por ello menos interesante, y es descifrar qué paleontólogo/s podemos ver reflejados en la figura de Dr. Alan Grant, protagonista (al margen de los dinosaurios, todo sea dicho) de la primera y tercera entregas de la saga.

En la novela de Michael Crichton, el Dr. Grant es un clarísimo híbrido entre los paleontólogos Jack Horner y Bob Makela. Su historia es muy parecida (tanto Grant como Makela/Horner han encontrado de los primeros yacimientos con nidos de dinosaurios con evidencias de cuidado parental, han escrito un libro célebre sobre el tema, son paleontólogos célebres, la descripción de hombre barbudo con camisas hawaianas...). Al mencionarse a Horner en algún pasaje del libro, y que Grant decline las entrevistas hacen que el parecido de este sea más similar a Bob Makela.

El Dr. Horner en los años 90, con un dinosaurio fósil.
En la película, Grant parece reunir características de otros paleontólogos además de Horner o Makela. De entrada, en la película no se hace mención alguna a que Grant se haya dedicado al estudio de los huevos o puestas de huevos de dinosaurios. Se le presenta más bien como un experto en dinosaurios terópodos (experiencia de la que hace gala con muchos comentarios sobre las aves y los dinosaurios no aviarios a lo largo de todo el film, cuando utiliza su conocimiento para asustar a un niño que hizo un comentario tan poco afortunado como fidedigno -"parece un pavo de 2 metros"). Todo este énfasis en la relación de las aves con los demás dinosaurios y el profundo conocimiento del Dr. Grant sobre los "Velociraptor" podrían recordar a John Ostrom, célebre paleontólogo que retomó la hipótesis de Huxley sobre la naturaleza dinosauriana de las aves.

No obstante Grant, como Horner, ha escrito también un libro en la película. Un libro rojo que lleva Tim Murphy (el nietecito de John Hammond, amado por algunos y odiado por tantos otros) y cuyo diseño se parece sospechosamente al primer libro de Jack Horner:



El parecido es bastante asombroso. Incluso detalles como el Preámbulo, escrito por Sir David Attenborough en el de Horner y por Sir Richard Attenborough en el ficticio del Dr. Grant (todo un guiño a que Sir Richard Attenborough, hermano de David, es quien interpreta a John Hammond en Jurassic Park). Además, durante la película, Tim no deja de comparar el libro del Dr. Grant con el "un tal Bakker" que le recomendó su profesora (haciendo referencia seguramente a "Dinosaur Heresies" de Bakker, publicado por la misma época que el de Horner).

Otros paleontólogos se pueden reconocer en el Grant cinematográfico. Especialmente si se acuden a las adaptaciones en cómic o al guión original, donde se acentúa el atractivo del Dr. Grant. Tanto que a Lex Murphy (nieta de Hammond, hermana mayor de Tim) se la presenta obnubilada por el paleontólogo. ¿Guiños a Paul Sereno?

Además, por supuesto, de la evidente influencia en el Grant cinematográfico por el personaje ficticio de Indiana Jones (que es arqueólogo, no paleontólogo), desde su indumentaria hasta algunos momentos muy similares al personaje interpretado por Harrison Ford (esa sonrisa socarrona cuando finge ser electrificado por la alambrada desconectada...).

De modo que aunque el Grant cinematográfico parece beber de algunas influencias más que el literario, la influencia principal es claramente Jack Horner, quien además fue el asesor paleontológico de toda la saga (y parece ser que también lo es de la cuarta entrega, ya en preproducción).

Y para despedirnos, una frase del Dr. Grant que fue uno de los dos mensajes paleontológicos que más se esforzó por transmitir Jurassic Park: "Seguro que ahora veréis las aves de un modo muy distinto..."